Angela Moya
Claudia Cavassa
Fue imposible imaginar que una pandemia llegara a la puerta de nuestros hogares. En un abrir y cerrar de ojos, perdimos muchas cosas; como nuestra libertad y, sin evitarlo, a un ser querido. Cada uno de nosotros tuvimos que adaptarnos a este nuevo estilo de vida. Pero lamentablemente, no todos lo han logrado. Hay personas que no pudieron recibir los mismos beneficios que otros, ya sea en el ámbito económico o educativo. Cada una de ellas tiene que luchar día a día para salir adelante, ya sea limpiando las calles o pidiendo limosna.
Ellos son los más vulnerables en contraer el Covid-19, ya que las calles se volvieron su lugar de trabajo, el lugar en el que muestran su esfuerzo y también sus obstáculos. Muchos niños, adolescentes y ancianos enfrentan situaciones difíciles con tal de llevarse un pan a la boca. Es por eso que con este trabajo, deseo que podamos ayudar, comprender y reflexionar acerca de las coyunturas que están presentes en su vida. Cada una de las fotografías que mostraré a continuación se realizaron tanto en Abancay (Centro de Lima) como en el Jirón de la Unión. Cada una de ellas muestra la triste realidad que viven aquellas personas.